Enfoque de un curso de lógica con énfasis en la tabla de las 16 funciones binarias.
Julio Beltrán
El propósito es
entroncar con algún conocimiento que los estudiantes hayan adquirido en su
formación previa; y ese conocimiento es el concepto de una función.
Así como
transmitir a los estudiantes desde el principio una noción de la utilidad que
la lógica simbólica tendrá para su aprendizaje y su ocupación profesional. Eso
se puede hacer apuntando a otra experiencia previa que han tenido: el gran
avance que significó, para ellos en su educación y para la ciencia en su
progreso, la algebrización de la geometría plana, permitiendo al geómetra
liberarse de la intuición sensible y la memoria, y en su lugar proceder
mediante expresiones simbólicas (ecuaciones) y reglas unívocas para la
transformación de aquéllas.
Utilidad del curso
en lógica dentro de la carrera de filosofía
Ocupación
principal del filósofo y del científico en general con argumentación racional,
es decir, con la construcción de argumentos propios y la crítica de argumentos
ajenos.
Estudio de la
argumentación racional por medio de su analogía con algún modelo artificial que
podamos sofisticar progresiva.
Los argumentos,
que es lo que nos interesa, son representaciones de la manera en que la verdad
o falsedad de un enunciado (a saber, la conclusión) depende de la verdad de
otros enunciados; no, de la verdad o falsedad que tenga
independientemente de esa relación o de la verdad absoluta que todos ellos puedan
tener.
Si lo que nos
interesa es conocer las relaciones entre los valores de verdad previamente
establecidos o simplemente supuestos, todo lo que estamos haciendo al criticar
un argumento es calcular el valor de verdad de unos enunciados en función del
valor de verdad de otros enunciados. No retrocedemos en sus condiciones de
verdad hasta preguntar qué relación pueden tener estos valores con cosas
distintas de los valores de verdad de otros enunciados. Esta delimitación de la
competencia de la lógica no es un defecto, como no lo es para un auditor la
capacidad de dividir su investigación en dos partes: levantar un inventario y
calcular el valor del mismo. Sólo la segunda de estas dos partes es comparable
al trabajo del lógico. Los datos, como el inventario, le son dados por otro
tipo de investigaciones.
Proyecto del
curso: construir un sistema simbólico fácil de dominar, o sea, en el que
podamos calcular mecánicamente el valor de cualquier expresión sintácticamente
válidas en función unos de otras cualquiera. Este sistema servirá como modelo
del razonamiento natural, si encontramos que éste contiene funciones
semejantes. De lograrse, se cumplirá el propósito de reducir la carga de
trabajo de la imaginación y la memoria, así como la susceptibilidad a errar en
el cálculo intuitivo.
Introducción del
concepto elemental de función.
Recuerdo de las
funciones geométricas y su expresión mediante pares de valores.
Reducción, en las
funciones de verdad, de infinitos valores a sólo dos. (Sugerencia de que la tarea debe ser entonces mucho más
fácil.) Graficación discreta.
Tabla para las
funciones de verdad con un solo argumento.
Búsqueda de
expresiones lingüísticas en las que se dé la misma relación.
Tabla para las
funciones lógicas con dos argumentos.
Búsqueda de
expresiones lingüísticas en las que se dé la misma relación. Aporto ejemplos:
y, o, si... entonces, o... o ..., ... a menos que ..., ... porque...,
...después... . (Advertencia de que tal vez no todas las funciones tengan una
palabra o frase correspondiente en español. Énfasis en el carácter sistemático
del modelo.)
Explicación de que
la tabla de asignaciones, y nada más que ella, es el significado de la
función. O mejor aún, la asignación misma, siendo la tabla una representación
gráfica, comparable al plano cartesiano o los diagramas de Venn.
Sintaxis para un
álgebra de las funciones de verdad.
¿Cuántos símbolos
son necesarios? Constantes proposicionales, operadores singulares y binarios, y
signos de puntuación.
Reducción del
número de “nombres propios” para las conectivas. Por qué y para qué.
Algunas funciones
pueden expresarse por la aplicación combinada de funciones. Por ejemplo, las
ocho funciones del lado derecho, aunque podrían tener un signo o “conectivo”
propio, son negaciones puntuales de las funciones del lado izquierdo, y pueden
expresarse mediante expresiones compuestas de éstas. Otras funciones se
obtienen mediante una operación binaria aplicada no a p y q, sino
a la negación de uno y/o el otro argumento. Otras más, como la “3”, no requiere
sino tomar los argumentos en orden inverso.
¿Habrá funciones
lógicas de tres o más argumentos? Se sugiere hacer lo mismo para ellas, pero
con la advertencia de que un sistema tan complicado ya no tendría utilidad
reductiva. La tabla para las funciones ternarias tendría ocho renglones y 28
= 256 columnas (conectivas). Pero nuevamente, todas ellas se pueden
reducir a funciones binarias (o singulares) que toman como argumento otras
funciones binarias (o singulares).
Generalización de
la tabla para representar funciones bivalentes con tres argumentos de tres o de
más argumentos.
Equilibrio entre
la economía de funciones elementales y la extensión de las expresiones. Por qué
cinco funciones elementales parecen adecuadas. Ventajas de admitir más o
admitir menos.
Cálculo
verifuncional: representación intuitiva vs. representación algebraica.
Definición del
mundo posible como asignación completa de valores de verdad para una infinidad
de constantes proposicionales. Los mundos posibles que puede representar este
modelo constan de un número indefinido de elementos capaces de tomar uno de dos
valores cualesquiera con independencia del valor que tomen los demás elementos
(como si fueran monedas rotuladas y voladas.)
La verdad material
de cada proposición atómica como pertenencia a una clase en el universo de
posibilidades (o mundos). (Vista “lateral” de las tablas de verdad.) De una a
tres constantes proposicionales, dificultades para más que eso.)
Diagrama de Venn
para un argumento válido en general. Ejemplos con la conclusión vía modus
ponens y las equivalencias de De Morgan.
No entraré en
detalles sobre ninguno de los métodos algebraicos que utilizamos en clases para
calcular la validez de un argumento formalizado, solamente quiero señalar que
el número mínimo de reglas de derivación es de 2 (introducción y eliminación)
por cada conector verifuncional que hayamos introducido en nuestra gramática.
Así, en nuestro sistema las reglas básicas son de diez, pero en un sistema
axiomático mínimo pueden ser hasta dos.