Luis Villoro comienza esta obra afirmando que “la filosofía moderna nace tanto de una mostración como de un encubrimiento. Ambos aparecen con claridad en el cartesianismo.” Se propone considerar la filosofía de Descartes, desde nuestra situación actual, descubriendo las líneas que resaltan ante nuestra propia perspectiva, es decir, volver a la filosofía cartesiana desde nuestras preguntas. Reviviendo desde nuestro propio contexto histórico a aquélla, podremos entablar un diálogo y forzar al pasado a abrírsenos.
Esta obra recoge los trabajos presentados en el Simposio Filosofía y educación; fueron escritos por los amigos, colegas y discípulos de Fernando Salmerón para rendirle homenaje en su cumpleaños número setenta.
Los estudios aquí reunidos tratan, en su mayoría, problemas de filosofía moral, de filosofía de la educación y de la historia de la filosofía, áreas que Salmerón cultivó y en las que hizo valiosas contribuciones.
Contenido:
L. Olivé y L. Villoro, Presentación; O. Hansberg, Semblanza; L. Villoro, Semblanza; A. Rossi, Semblanza; R. Xirau, Semblanza; M. Bunge, Hechos y verdades morales; A. Sánchez Vázquez, Izquierda y derecha en política: ¿y en la moral?; E. Sosa, Relativismo moral, cognitivismo y reglas revocables; E. Garzón Valdés, Algunas confusiones acerca de los problemas morales de la diversidad cultural; L. Villoro, Igualdad y diferencia: un dilema político; L. Olivé, Multiculturalismo: ni universalismo, ni relativismo; O. Guariglia, La identidad del sujeto y el comunitarismo; D. Sobrevilla, El proceso de occidentalización del mundo: ¿aculturación masiva o transculturación universal?; Carlos B. Gutiérrez, De la tolerancia al reconocimiento activo; J. González, Tolerancia y pluralidad; P. Dieterlen, La debilidad de la tolerancia; R. Vázquez, Derechos y tolerancia; I. Cabrera, Actitud y valores. En torno a la concepción moral de Fernando Salmerón; A. Pérez Carrillo, Racionalidad y protestas de la sociedad civil; A. Velasco Gómez, Tradición y racionalidad; A. Pérez Ransanz, Racionalidad sin fundamentos; C. Ulises Moulines, Nivel fenomenológico y nivel substancial en la investigación (meta-)científica; E. A. Rabossi, La unidad de las ciencias y los avatares del no reductivismo; M.A. Quintanilla, Educación moral y cultura tecnológica; S.F. Martínez Muñoz, Educación, cooperación y conocimiento; T. Rodríguez de Lecea, Filosofía y educación en Gaos y Salmerón; R. Morado, Racionalidad y educación moral; J.F. Álvarez, Nuevos vínculos entre ética y economía; J. Sasso, Espíritu de la metaética y su destino; M.P. Lara, Hannah Arendt: los espacios reflexivos de constitución moral; R. J. Vernengo, Sobre la producción de normas jurídicas y normas morales; J. Muguerza, Individualidad y filosofía (variaciones sobre un tema de José Gaos en homenaje a Fernando Salmerón); F. Miró Quesada, Fernando Salmerón: filósofo, racionalista y maestro; E. de Olaso, El filósofo perseguido y la alegación de milagros; M. Beuchot, Algunas doctrinas filosóficas de Francisco Xavier Alegre sobre el hombre, el derecho y la guerra justa; J.M. González García, Flecha del tiempo, rueda de la fortuna y reloj barroco; C. Pereda, Sobre la consigna ‘hacia la paz perpetua’ ; P. Stepanenko, Autoconciencia y tiempo en Kant; D.M. Granja, Perplejidades y actitud crítica: consideraciones en torno a la filosofía kantiana de la educación; M.H. Otero, De falacias y no falacias en Vaz Ferreira; A. Zirión Quijano, Gaos: ¿fenomenólogo?; O. Castro López, Fernando Salmerón y la historia de las ideas; A. Ávila del Palacio, La filosofía de Fernando Salmerón; J. Martínez Contreras, Salmerón, crítico de Sartre; M. Reyes Mate, La filosofía hoy: ¿conciencia crítica o taller de reparaciones?; J. Mosterín, Grandeza y miseria de la filosofía analítica; J.E. Gracia, ¿Dónde está el Quixote? El lugar de los textos y las obras; E. Lledó, Don Quijote: el encantamiento del lenguaje; R. Sierra Mejía, La metáfora del texto filosófico; L. Zea, Justicia y libertad en el discurso filosófico.
Luis Villoro comienza esta obra afirmando que “la filosofía moderna nace tanto de una mostración como de un encubrimiento. Ambos aparecen con claridad en el cartesianismo.” Se propone considerar la filosofía de Descartes, desde nuestra situación actual, descubriendo las líneas que resaltan ante nuestra propia perspectiva, es decir, volver a la filosofía cartesiana desde nuestras preguntas. Reviviendo aquélla desde nuestro propio contexto histórico podremos entablar un diálogo y forzar al pasado a abrírsenos.