ANÁLISIS INFORMAL DE RAZONAMIENTOS
Pedro Ramos
FACULTAD DE FILOSOFíA Y LETRAS,
UNAM, MÉXICO
TALLER DE DIDÁCTICA DE LA LOGICA
VIDEOCONFERENCIA INTERACTIVA
18 DE MARZO DE 1999
LOS ARGUMENTOS O RAZONAMIENTOS poseen dos curiosas peculiaridades: cuando más los necesitamos brillan por su ausencia; sea, como se dice vulgarmente, "al calor de los alcoholes", o de una discusión con nuestros padres o hermanos o, peor aún, con nuestros cónyuges o amantes, o con algún ilustre desconocido luego de un accidente automovilístico. Y son tales que, aunque invoquemos su presencia en situaciones como las mencionadas, suelen no causar el más mínimo impacto en nuestros interlocutores-oponentes; sobre todo, obviamente, cuando somos nosotros los que "tenemos la razón". Su otra peculiaridad es su inoportunidad: cuando menos los deseamos hacen acto de presencia, o al menos hacen sentir la necesidad de su presencia; por ejemplo, en medio de un difícil examen de lógica, o cuando buscamos la complicidad de alguien en la ejecución de algo "indebido" (generalmente de naturaleza sexual), o cuando "no tenemos la razón", etc., etc., etc. En fin, como ya lo decía el bueno de Hume: "la razón es y debe ser esclava de las pasiones".
No obstante mi escepticismo acerca de la utilidad de los razonamientos en las "cosas importantes de la vida", en lo que sigue emprenderé un estudio relativo a ellos; sea porque en el fondo quizá mi escepticismo no sea tanto, o porque trate de convencerme a mi mismo y a otros de que sí pueden servir para algo (aunque sólo sea para escribir coherentemente, dar clases de filosofía y contribuir en algo a mi apercibimiento de la profunda corrrupción que me rodea)... no lo sé.
Pues bien, y pese a lo anterior, puede decirse que los razonamientos (Rs de aquí en adelante) sí que cumplen una función importante al menos en los textos, o discusiones, en los que se efectúan indagaciones mediante las que se pretende alcanzar resultados verdaderos o, al menos, verosímiles o creibles. Como ejemplos paradigmáticos persecutorios de esta finalidad, podemos citar los textos científicos y los filosóficos, los alegatos en las cortes (cuando jueces y abogados no están "vendidos"), etc. Por supuesto que los Rs también suelen aparecer en discursos que carecen de tales pretensiones; v. g., en novelas, obras de teatro, etc. Sólo que en estos últimos casos las funciones y los modos de evaluar los Rs pueden, y deben, ser distintos que en los anteriores: los criterios de tipo estético se sobreponen, y así debe ser, a los de tipo lógico, aunque suelen no anularlos; a la inversa de lo que debe ocurrir en los otros casos.
La función que cumplen los Rs en los textos, o discusiones, con pretensiones de verdad, o al menos de credibilidad, es la siguiente. Es común que esos textos, o discusiones, incluyan al menos dos tipos de discursos:
1. Discurso Descriptivo. Mediante éste se pretende dar noticia de hechos: se narran historias, se describen objetos, situaciones, se informa de datos, se exponen tesis, hipótesis, etc., pertinentes o que vienen a cuento en el contexto.
2. Discurso Demostrativo. Mediante éste se pretende dar fundamentos de prueba, o al menos elementos de juicio favorables, para aceptar la verdad, o la verosimilitud, de algo que, en el contexto, se intenta dar por hecho; sea porque no es obvio, no es perceptible, aún no se lo ha percibido, no se lo había demostrado antes, etc. Este tipo de discurso se formula mediante Rs y puede incluir dos subtipos distintos:
2.1 Discurso Refutatorio. Mediante éste se pretende refutar alguna teoría, opinión, hipótesis, etc., de la que se cree que es incorrecta, falsa, dudosa, etc, y que, además, puede ser contraria a lo que se desea sostener, si es que hay algo positivo que se desee sostener en el contexto.
2.2 Discurso Probatorio. Mediante éste se pretende defender alguna teoría, opinión, hipótesis, etc., positiva, de la cual se supone que es correcta, verdadera, verosímil, etc.
Un texto, o discusión, puede estar formulado sólo mediante el discurso del tipo 1; v. g., si es una mera narración de historias, o descripción de objetos, etc. Pero, también puede estar formulado mediante los discursos de los tipos 1 y 2 (en una u otra de sus variedades) mezclados. Vistas las cosas desde cierto ángulo, puede decirse que cuando aparecen ambos tipos de discursos, suelen aparecer inextricablemente mezclados, pues las premisas y las conclusiones de los Rs suelen versar sobre cuestiones de hecho, lo cual significa que suelen estar formuladas en lenguaje descriptivo. Sin embargo, vistas las cosas desde otro ángulo, ciertamente la presencia de los Rs en los textos, o discusiones, establece la diferencia entre los discursos de los tipos 1 y 2. De modo que en los textos, o discusiones, que poseen cierto nivel de coherencia y claridad puede discernirse más o menos fácilmente la presencia de uno u otro tipo de discurso, aunque aparezcan mezclados.
Así, cuando en un texto, o discusión, se presenta el discurso del tipo 2.2, éste puede aparecer mezclado con el 1; v. g., si se describen los hechos que llevan a formular una teoría, los Rs que la sostienen y, quizá, otros hechos independientes de los anteriores que tiendan a comprobarla. Por otra parte, cuando se presenta el discurso del tipo 2.1, éste puede aparecer mezclado con los otros mencionados. V. g., con el 1, si se enuncian las tesis o hipótesis, que se desean refutar, o se describe lo que se toma como evidencia en favor de la teoría, hipótesis, etc., que se desea refutar; con el 2.2, y esto es importante remarcarlo, si se formulan los Rs que apoyan la teoría, hipótesis, etc., que se desea refutar.
La importancia de la última observación radica en lo siguiente. La presentación de una teoría, tesis, etc., que se desea refutar, a veces incluye la formulación de los Rs que la sostienen. Esto significa que, en tales casos, a la vez que se informa de la existencia de dichos Rs, i. e., de que se los presenta como hechos (discurso de tipo 1), por ser Rs y ser presentados como tales, también debe clasificárselos bajo el discurso del tipo 2.2.
Con base en lo anterior, podemos decir que la función que cumplen los Rs en los tipos de discursos 2.1 y 2.2 es, pues, la siguiente. Consiste, por así decirlo, en fundamentar lo no obvio en lo obvio, lo no perceptible, o lo no percibido, en lo percibido, lo no comprobado en lo comprobado, etc.; en una palabra, su función consiste en fundamentar lo no dado como hecho en lo dado como hecho, en un contexto. Siendo esto así, los Rs pueden considerarse, justamente, como la columna vertebral de los textos, o discusiones, con pretensiones de verdad, o verosimilitud, i. e., como aquello que sostiene o fundamenta lo que se toma como no dado en un contexto y que muchas veces constituye la raison d'être misma del texto, o la discusión.
Cumpliendo los Rs una función tan importante como la mentada, resulta crucial, entonces:
1. El ser capaces de detectar o localizar los Rs en los textos, o discusiones, a fin de poder entresacarlos como unidades discursivas autónomas.
2. El ser capaces de identificar los componentes de los Rs premisas y conclusiones, a fin de poder evaluar dichos componentes como: verdaderos o falsos, verosímiles o inverosímiles, necesarios o contingentes, a priori o a posteriori, analíticos o sintéticos, etc.
3. El ser capaces de identificar el tipo lógico al que pertenecen los Rs bajo estudio: deductivo, inductivo, abductivo, probabilístico, etc., a fin de poder evaluar el modo de articulación lógica de sus componentes en el todo que es el R mismo y poder declararlo como: válido o inválido, correcto o incorrecto, bueno o malo, etc.
4. El ser capaces de desentrañar la existencia de componentes entimemáticos en los Rs, sean premisas o conclusiones ocultas o implícitas, a fin de poder evaluarlas y establecer el papel lógico que juegan en el contexto del R bajo escrutinio.
5. El ser capaces de identificar la función lógica que pretende desempeñar el R en el texto, o discusión, del que fue entresacado, a fin poder determinar si cumple una función necesaria, o no. Lo último puede ocurrir si, v. g., hay otro R, independiente del mencionado, que pretenda demostrar exactamente lo mismo que éste. Y, lo primero, si el R en cuestión sirve para fundamentar la tesis principal o, en caso contrario, si sirve para fundamentar una tesis secundaria que funcione, a su vez, como premisa de otro R encaminado a demostrar la tesis principal, etc.
En lo que sigue, procederé a charlar sobre cada uno de los items anteriores, tomando como base mi propio intento docente por despertar y desarrollar en mis alumnos de licenciatura cada una de las capacidades mencionadas.