I2 (18h) - Hua IV 89
Wir können uns 10eine Welt von Menschen denken, in der es keine Krankheit gäbe, in der keine Illusionen, Halluzination u. dgl. auftreten. Wir können ferner annehmen, daß alle Menschen, die miteinander in Verkehr stehen, die Welt völlig gleich auffassen (abgesehen von der immer notwendigen Verschiedenheit der Orientierung). 15Würden dann die Dinge mit den sekundären Qualitäten schlechthin als letzte Objektivität gelten? Oder würde man erkennen, daß diese Sachlage eine zufällige sei und nicht eine notwendige? Dazu ist zu sagen: natürlich ist zu scheiden die Konstitution der sinnlichen Welt und die Konstitution der "wahren" 20Welt, der Welt für das wissenschaftliche, in spontanem, "freiem" Denken und überhaupt Forschen sich betätigende Subjekt. Nämlich: leben wir passiv, tierhaft "in der Welt" und in Wechselverkehr mit unseres gleichen, die alle so "normal" sind wie wir, so konstituiert sich eine uns gemeinsame25 Erfahrungswelt. Nun sind wir aber freie intelligente Wesen. Treten uns keine Anomalitäten entgegen, so können wir doch willkürliche Eingriffe in unsere und andere Leiber vollziehen, und nun treten "Anomalien" auf. Denkend gehen wir den kausalen Zusammenhängen nach 30und gestalten uns das "physikalische Weltbild". |
I2 (18h) 121 - Hua IV 89
Podemos pensar en un mundo de hombres en el cual no hubiera enfermedad alguna, en el que no se presentara ninguna ilusión, alucinación o similares. /122/Podemos suponer además que todos los hombres que están en trato unos con otros, aprehenden el mundo de modo completamente igual (prescindiendo de la diferencia de orientación, que siempre es necesaria). ¿Valdrían entonces las cosas con las cualidades secundarias pura y simplemente como objetividad última? ¿O se reconocería que esta situación era contingente y no una situación necesaria? A esto puede decirse: naturalmente hay que distinguir la constitución del mundo sensible y la constitución del mundo "verdadero", del mundo para el sujeto científico, que se dedica al pensar y en general al investigar espontáneo, "libre". O sea: si vivimos pasiva, animalmente "en el mundo" y en trato mutuo con nuestros iguales, todos los cuales son tan normales como nosotros, entonces se constituye un mundo de experiencia que nos es común. Pero ahora somos seres inteligentes libres. Si no nos salen al paso anomalidades, podemos, sin embargo, ejercer intromisiones voluntarias en nuestros cuerpos y en los de otros, y entonces se presentan "anomalías". Perseguimos en el pensamiento los nexos causales y nos configuramos la "imagen física del mundo". |